Desarrollar nuestra capacidad atencional es importante para aumentar nuestro nivel de consciencia y acceder a un estado óptimo para alcanzar un rendimiento mejor. Para conseguir vivir más presente, no necesitas apuntarte a yoga o mindfulness, ni necesitas mallas ni esterilla. Sólo tú, tu atención y tu respiración pueden ayudarte a vivir más plena y conscientemente. Y alguna alarma quizás para recordarle a tu cerebro estas pequeñas tareas que te propongo realizar cada día en este post.
Daniel Goleman nos enseña que la plena focalización mejora cualquier tarea que tengamos entre manos y nos muestra en Óptimo cuatro activadores o colaboradores de la autoconsciencia: cuatro acciones que contribuyen a fortalecer esa capacidad que podemos desarrollar para reconocer nuestros propios sentimientos, pensamientos y acciones y que podemos entrenar sin la ayuda de nadie y fortalecer en los más pequeños en una época cargada de tantos imputs externos.
Para ello, hay cuatro pequeñas acciones que puedes hacer en tu día a día como entrenamiento mental, sin necesidad de mallas, esterilla o colchoneta y sin cuota mensual.
- Presta atención a tu respiración tanto tiempo como te sea posible, poniendo tu foco en cada inspiración, pausa y espiración. Cuando tu mente se distraiga y te des cuenta, vuelve a centrarte en tu respiración. Practica cada día este ejercicio como un pequeño gesto de mindfulness. Estarás entrenando a tu mente para evitar distracciones. Puedes hacerlo mientras desayunas, te peinas, te maquillas, te miras al espejo, antes de un partido, antes de un examen,… Unos minutos te ayudarán a darte cuenta de cómo tu mente se distrae con mucha facilidad. Tú llevas las riendas; vuelve al presente.
- Chequea las sensaciones de tu cuerpo para encontrar lugares que necesitan de mayor atención. Acompaña a tu respiración para hacer un escáner de tu cuerpo y prestar atención a esa sensación que descubras en tí. Cuídala, sin filtros ni evitación. Cuando detectes alguno de estos lugares con mayor energía, quédate ahí, contigo, respirando esa sensación. Este gesto es atenderte, cuidarte, mimarte, es amor propio.
- Comprueba tu diálogo interno. Observa a tus pensamientos como mero espectador de una película increíble que te están contando. Las emociones NO SE GESTIONAN. Se sienten, se viven (David del Rosario). Las emociones llegan, se sienten y se van. Porque pensamientos y sensaciones van de la mano y alimentan a tus emociones. Elegir pensamientos que sientan bien es un gran ejercicio para «crear mejores películas». Acepta, adáptate a los cambios, vive los fracasos como oportunidades de desarrollo y háblate bonito. Asume las cosas como son y no como te gustaría que fueran. Desde ahí, podrás elegir pensamientos que te sienten bien. Total, todos son propuestas, no hechos.
- Controla tus divagaciones. En el camino al trabajo, al instituto, la universidad, en plena visualización de algún video, realizando una tarea importante, estudiando o en clase, es cuando más divaga tu mente y tiende a desviarse de lo que estás haciendo, minimizando tu rendimiento. Darte cuenta de cuándo tu mente se va de paseo por el bosque de los pensamientos es el primer paso que necesitas para regresarla al presente.
Muchas investigaciones muestran que practicar estos ejercicios tan simples, aportan grandes beneficios:
- Nos volvemos más tranquilos.
- Estamos más concentrados.
- Es más fácil pasar de una tarea a otra.
- Aprendemos mejor al fortalecerse la memoria de trabajo.
- Pensamos mejor.
Así que, imagina que cada día o a cada instante que quieras, puedes entrar con tu respiración a tu gimnasio mental particular. No necesitas esterilla o toalla, ni mallas. Sólo se requiere de tí mismo/a, tu atención y tu respiración. Guarda e imprime este mural que acompaña mi post. Cuélgalo en lugar visible para recordarlo (en casa, en la oficina, en el aula, en la sala de profes, guárdalo en tu móvil…). Con estos pequeños ejercicios, si practicas asiduamente (cada día), estarás cuidando de tí, de tu enfoque, de tu cerebro, de tu organismo, de tu bienestar y abriendo la puerta a tu Yo óptimo (Daniel Goleman).
Y, cuando tú ya hayas practicado suficiente, también puedes enseñar a los niños y niñas y jóvenes para que aprendan a entrenar su mente para volver al presente; fundamental para un buen rendimiento académico o deportivo y para una sana inteligencia emocional.
En Coaching para Pequeños Héroes miramos hacia adelante, hablamos, respondemos preguntas, usamos y creamos herramientas, experimentamos, vivimos el día a día con mayor consciencia y medimos avances. Y aprendemos a hacer «gimnasia cerebral» para nuestro día a día. Y, como siempre, si quieres ofrecer a tus hijos e hijas o alumnos/as la oportunidad de conocerse y experimentar su día a día de la mano de esta coach , contacta conmigo para que te cuente cómo trabajamos en nuestros procesos de coaching para la infancia y la juventud, en online o presencialmente en Alicante.
También, trabajamos en centros educativos con talleres extraescolares para el desarrollo de la atención plena, desarrollo emocional, desarrollo creativo, técnicas de estudio creativas, emprendimiento juvenil y desarrollo personal.