La paradoja de la felicidad: ¿Quién es más feliz?

Hace un tiempo compartí con mi alumnado en mis clases para el desarrollo emocional esta teoría. Una de mis alumnas la recordó hace unos días y la ha ilustrado de esta forma tan brillante. Gracias «L» 😍 Hoy, la comparto contigo.

Cuando una persona gana, podríamos pensar que automáticamente experimentará felicidad. Sin embargo, no siempre es así. Nuestra percepción del éxito está profundamente influida por nuestras comparaciones con los demás y por cómo interpretamos nuestras experiencias. Aquí es donde entra en juego la teoría de la perspectiva de Daniel Kahneman y Amos Tversky.

Según la teoría de la perspectiva, en una competición, es más feliz quien queda tercero, no el primero ni el segundo. Parece contradictorio, pero aquí está la clave:

  • El ganador de la medalla de plata:
    La persona que gana la medalla de plata tiende a compararse con quien obtuvo el oro. A menudo se enfoca en lo cerca que estuvo de ganar y en cómo podría haber conseguido el primer lugar. Esta comparación puede llevar a la frustración, ya que, en su mente, no celebra lo que logró, sino que lamenta lo que perdió. Su felicidad queda eclipsada por lo que pudo haber sido.
  • El ganador de la medalla de bronce:
    Por otro lado, quien gana la medalla de bronce se compara con quien quedó en cuarto lugar, la persona que no logró subir al podio. Este contraste lo lleva a sentirse agradecido y dichoso por haber conseguido un reconocimiento. Desde esta perspectiva, el tercer lugar no es una «derrota», sino una victoria frente al cuarto lugar.

Numerosos estudios han analizado esta curiosa paradoja, concluyendo que nuestra felicidad no depende tanto de nuestra posición objetiva, sino de cómo interpretamos nuestra experiencia y con quién nos comparamos.

¿Cómo aplicar esta idea a nuestra vida diaria?

 

La lección es clara: si queremos ser más felices, debemos dejar de centrarnos en las comparaciones externas y empezar a valorar nuestro propio progreso. En lugar de medirnos constantemente con quienes han conseguido más que nosotros, podemos enfocarnos en nuestros logros y en cómo vamos creciendo frente a los retos que nos hemos marcado.

Marcarnos metas de crecimiento personal nos permite dirigir nuestra atención hacia adentro, hacia nuestro propio avance, en lugar de compararnos continuamente con los demás. Celebrar cada paso, cada pequeño triunfo, nos ayuda a mantener la motivación y a disfrutar del proceso, independientemente de lo que hagan quienes nos rodean.

Así que, la próxima vez que te enfrentes a un desafío, recuerda:

El verdadero éxito no está en ser el mejor comparado con otros, sino en ser mejor que la persona que eras ayer. 😊

Cuéntaselo a tus hijos e hijas y anímales a que se marquen pequeñas metas de crecimiento.

📩 Y recuerda, si necesitas para tí o tus hijos e hijas orientación, enfoque, un espacio de reflexión y conexión contigo o quieres aprender herramientas prácticas para mantenerte conectado/a en este nuevo año, escríbeme y te acompaño en el proceso.  

💫Acompañamiento personal y en equipo con coaching familiar, educativo, infanto-juvenil, creativo, emocional o emprendedor.

💫Acompañamiento del talento a través del Geniotipo para descubrir tu talento y las claves de tu genialidad.

💫Acompañamiento de procesos creativos para llevar tu talento al propósito y crear el camino hacia tu genialidad.

Te dejo la imagen para que puedas acompañar tu historia con ella.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *